sábado, 30 de noviembre de 2019

circo (adam zagajewski)


Mira: tu deseo cuelga del trapecio.
También eres tú el payaso, y el tigre domado
que pide clemencia te recuerda a alguien.
Hasta te gusta la música
barata de feria, parece
que empiezas a conciliarte
con tu época (si lo hacen todos,
¿por qué no yo? dices).
Pero ¿por qué han instalado la carpa
del circo en el antiguo cementerio?




martes, 8 de octubre de 2019

calles/bosques/sombras



En la cabaña todo eran juegos de palabras, búsqueda orgánica de símbolos dentro del tiempo, más allá del bosque, andando, corriendo, soñando; entre las calles, efluvios de vino que nos hicieron soñar, un pie en la sala de baile y una mano en las estrellas; acechando las sombras, risa nerviosa, premonición de lo oculto que no termina de desvelarnos; mirándonos de frente en espejos que reflejaban al vampiro que llevamos dentro. Y alguien se llevó el espejo...





lunes, 9 de septiembre de 2019

the sexy circus

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida...

Por eso volveremos a recuperar por un rato ese viejo traje de The Sexy Circus, más gordos, canosos y resabiaos. Esperemos que nos entren los pantalones.

Por eso nos juntaremos Pichi Castillo, Laguna y yo, que nos hicimos amigos proyectando grupos y exorcizando con música.

Por eso será en el George Best, un sábado a no mucho tardar...


lunes, 1 de julio de 2019

hasta el final


no me digas que no estoy aquí
no me digas que no estoy aquí
si me voy lo vas a notar
nadie sabe cuando vendrá el fin
pero contigo, nena, voy hasta el final.





martes, 4 de junio de 2019

la red




sala-de-estar-rock


   Afuera la noche de finales de mayo respira ya humores estivales y se puede fantasear con amantes furtivos acometiendo extraños equilibrios para no caer en las acequias. Nosotros estamos dentro del local de ensayo, en la entrada, haciendo tiempo con unas cervezas mientras esperamos nuestro turno y el tiempo nos deshace imperceptiblemente. Hablamos sobre hacer rock en el entorno de los 40 (too old to rock´n´roll and too young to die y tal) y la dificultad de montar un grupo. Lo que en la adolescencia y nuestros felices 20 era un fin en sí mismo, el grupo, ahora se torna algo lejano. Y como hay pulsiones creadoras, más allá de que se tiene claro que el peculio no va por esos lares, se impone la vía individual o el dúo y el pequeño formato. Mejor hacer algo, aunque se aleje de tus sueños, que no poder seguir soñando, porque proyecto que no se materializa se pudre.

   En eso estamos, cuando nos fijamos en el corcho de los anuncios. Músicos que buscan músicos y exponen referencias de grupos, de estilos. Uno piensa que algo de culturilla musical tiene y, de repente, entre la barahúnda de etiquetas vemos "bedroom pop" y no sabemos que es. Yo aventuro que es música de folleteo, entre risas. Consultado el asunto, resulta que es música autoproducida desde tu casa, "directa, emocional". Y entonces pienso que nosotros debemos hacer "sala-de-estar-rock". El término "sala de estar" está desapareciendo, porque en los nuevos hogares postmodernos no hay lugar para este habitáculo. Es un concepto que remite a casas de pueblo, una habitación donde hacerlo todo y no hacer nada, sin ningún uso específico. A mí lo de "sala de estar" me trae aromas filosóficos porque también puede ser una "Sala del Ser". Estoy contento con el hallazgo y pienso en escribir una canción con el verano como excusa. Todos los temas son excusas para hablar de nuestro ser y estar en el mundo.

   Quizá haya que salir afuera, traspasar el olor a abono, sumergirse en efluvios de azahar y volar sobre las acequias.

 

martes, 14 de mayo de 2019

el hombre del maletín

Conocí a aquel hombre con maletín y acento ruso junto a la estación. Preguntaba por el Pasaje Doctor Serra y tras una breve e intrascendente charla decidí acompañarle, y de paso asomarme por la tienda de discos.

Pero no, un sicario no debería tener tanta suerte.

Se detuvo conmigo en la puerta unos eternos 10 minutos, mientras me confesaba que era un gran seguidor de Nick Cave, y que una vez lo vio en Berlín, y que recordaba su sombra proyectada en el lateral del escenario, que sugería ser la silueta de un enterrador. Del enterrador de la película Phantasma.

Me contó que estaba en la ciudad por un asunto importante, pero que le vendría bien saber por donde moverse. Empecé a impacientarme, así que le di mi tarjeta con la mejor sonrisa impostada que pude, alegando que tenía prisa. Nunca se me dio bien ser borde con desconocidos.

Me tendió la mano, con una sonrisa exacerbada que me provocó un escalofrío por la espalda. “Nos veremos pronto” prometió, girándose una vez más para mirarme mientras se alejaba por el pasaje. Yo me quedé inmóvil aún unos instantes.

Cuando salí de la tienda, con el vinilo de The Black Saint and the Sinner Lady de Mingus bajo el brazo, miré mi teléfono móvil. 43 whatsapps… Por un momento temí que fuera el hombre del maletín.

Pero no. Era mi informante. Confirmaba que el sujeto había llegado a la ciudad, y que anduviera con cuidado. Ya me la habían jugado tiempo atrás, y esta vez había demasiado en juego. Una vida.

Cuando vi las fotos maldije en todos los idiomas y dialectos que sabía y pude inventar. El sujeto en cuestión tenía un rostro más que conocido. Portaba un abrigo verde, y un maletín en la mano. En la tercera instantánea se observaba cómo paraba a un transeunte para realizarle una consulta. Moví los labios de modo casi imperceptible recordando las palabras “Disculpe joven ¿dónde está el pasaje Doctor Serra?”.

No, un sicario no debería tener tanta suerte.

Decidí aprovechar las últimas horas de sol para recorrer las calles adyacentes, buscando a aquel hombre desesperadamente. Sin éxito. Envié un whatsapp a mi colaborador, mostrándole mi preocupación, y me prometió que utilizaría todos sus medios para mantenerme informado.

Volví al apartamento con las primeras notas de oscuridad, por las aceras más pobladas y mirando constantemente hacia atrás. Abrí una cerveza y me tiré en el sofá. Puse a Mingus y traté de tranquilizarme, pero "Solo Dancer" no era el mejor ansiolítico.

En la oscuridad de la estancia brilló la pantalla del móvil. Cuando decidí levantarme había tres llamadas perdidas. Y un whatsapp.

“Amigo, no huyas. Te he encontrado”

La piel se me erizó, y por instinto me asomé a la ventana.

¡Maldita sea, allí estaba! Con el jodido maletín. Había venido a buscarme. Lo tuvo fácil para encontrarme. Cometí el error de darle mi tarjeta.

Pero no, un sicario no debería tener tanta suerte.

Devolví la llamada mientras le observaba desde la oscuridad de la ventana. Cogió el teléfono y empezó a reirse. Estaba borracho.

“¡Amigo!”

Nadie vio nada. El silenciador humeó en la oscuridad de mi estancia, poco antes de que se oyera el ruido seco de un cuerpo inerte golpeando contra el suelo.

No. Un sicario no debería tener tanta suerte.





viernes, 10 de mayo de 2019

pestañas-tenedores


pestañas-tenedores
mientras todo se acaba
te miro fijamente
con ojos como espadas

la lluvia de cemento
aplasta mariposas
han cerrado el teatro
con nosotros dentro

el público actúa
y los actores están muertos

afuera en la avenida
las señoras-cuchara
recogen los despojos
de los vómitos del alba

pestañas-tenedores
mientras todo se acaba
ahogado en la impericia
miro y me das la espalda

el público actúa
y los actores están muertos



jueves, 9 de mayo de 2019

pestañas-como-tenedores


en el escenario solo hay actores que actúan como público que no es consciente de serlo porque actúa. yo lo observo todo con ojos cerrados y tú me miras con tus pestañas-como-tenedores. los actores degluten (y aquí es imposible cualquier otro verbo) rojo, azul y blanco mientras el público sumiso vomita en silencio su culpa.
fuera: almacén destartalado que hace las veces de teatro golpeado por el viento idiota. la esquina la sostengo yo esperando a la mujer púbica pestañas-como-tenedores. esperando por un simple giro del destino. gran cara de cuchara en primer plano y la réplica atragantada en la garganta. cucaracha. gran cara de cucaracha. las cucarachas no tienen cara. no tiene sentido. entonces es una gran cara de cuchara y largas noches de espera al borde de la avenida. desolación. de sol a sol esperando las lágrimas de mercurio. escarcha: prima de riesgo de la avalancha. todo el mundo observa la deriva pero nada/nadie se mueve. es el público el que zozobra y actúa como si no pasara nada.
si no pasa nada es que algo no ha ocurrido y eso es lo que me consume porque quizá si sí. pero no. no existiría esta vida sin la posibilidad de la salvación y para eso hay que estar a favor de la aniquilación total irreversible y a cuentagotas. esperando la lluvia ácida con el paraguas acuchillado. toda la plétora de pieles desnudas. rosa rojo negro y fundido en blanco níveo. sol quemado de la infancia. lunas púberes extraviadas. eterno mediodía del presente pasado.
y en el fulgor del ópalo solo tus ojos velados (vedados) por pestañas-como-tenedores.




domingo, 14 de abril de 2019

semana entrevista



semana entrevista desde la fatalidad
pase de revista
con pose de extrañeza

toda la belleza
del lunes
se agotó el domingo noche

haciendo un derroche
el martes
fue aún peor

miércoles de ceniza
en la cabeza
ninguna certeza de que el jueves salga el sol

todas las esperanzas
en el sábado de pasión

y el domingo
habrá resurrección...?





viernes, 15 de marzo de 2019

Migue Esclavos en George Best Club (parte2)









                        ¡Gracias al George Best y a Migue por hacernos sentir tan bien!

Migue Esclavos en George Best Club (parte1)






   A estas alturas, se quedan cortos los adjetivos para valorar la labor del George Best en el apoyo y disfrute del rock de Valencia. Es nuestro club y se nota el cariño de sus socios, que siempre te hacen sentir como en casa, en la programación.
   Y hablando de cariño, tuvimos la suerte de saborear una nueva visita de Migue, de Los Esclavos, que nos brindó un concierto a lomos de guitarra acústica con el apoyo en la eléctrica de Javi. Poco tiempo de ensayo pero muchas tablas, admiración mutua y amor por los temas bien hechos. Recuperando la magia del directo.  Y después el propio Migue pinchando como si el mundo fuera un pista de baile y la música siempre fuera la adecuada, como siempre debería ser. ¡Un lujo!
 
 

lunes, 21 de enero de 2019

spooky mama´s blues



   De una coña marinera-surrealista-familiar, surgió una canción casera. Javi se sumó al juego y salieron tres versiones, por la gracia de la amistad.
 Ésta es la versión primigenia, con vídeo al efecto.
       Con nuestro cariño y agradecimiento al bar Paquita de Eslida, mucho más que un paraíso para los ciclistas, lugar de encuentro donde disfrutar buenas comidas y caldos de la terreta con buen humor, rodeados y servidos por buenas gentes.