jueves, 9 de julio de 2015

guardería de calor

Sí, coño, sí... hace calor. Que ya lo sabemos todos.

Llámenlo sensación térmica subjetiva y supérenlo! es verano. Yo también tengo calor y no digo nada, gilipollas. Sí, el insulto es gratuito, que no se diga. Esta ronda la pago yo.

Uno aquí ha sudado a chorro mientras un foco le requemaba la piel. O ha salido oliendo a humanidad tras ensayar entre decibelios y moqueta sin limpiar en un pequeño y compartido local de ensayo sin ventilación.

Calor... no recuerdo que en verano hiciera otra cosa. Cuidado, que el agua moja...

Hay formas de ignorar la sensación térmica subjetiva. Una es pegarse una ducha muy caliente. Al salir, te encuentras con algunos grados menos; un mal menor. Ésta, es una medida para mediocres y hipsters barbilampiños (¿cómo soporta la piel subvello facial abundante esta temporada?).

Otra que se me ocurre es hacer flashback. Pero no a todo el mundo le sale y hay ridículos fallos de racord que te pueden hundir la vida.

La otra es la música, como casi todo en esta puta vida. Llegar a casa, despelotarte y diga lo que diga Al Gore (!) enchufarte el aire acondicionado, invento maligno pero no ajeno al hecho de que todos vamos a morir. Y entonces, ocurre ésto...