jueves, 28 de septiembre de 2017

el buitre albino de tu mente sueña con devorar la Nada


   No es nada importante pero tenía que escribirlo. Hace algún tiempo tuve un sueño del que traje esta frase: "el buitre albino de tu mente sueña con devorar la Nada". Nada venía con la primera letra en mayúscula y eso son palabras mayores. El asunto corroía los cartílagos de mi ser. Escribí una canción de la que sólo me convencía la melodía del estribillo, que era la frase recuperada de mi sueño. Finalmente, rechacé todo y pensé que era un poema autónomo con sensaciones que estaban guardadas desde hace tiempo y escribí un tema instrumental para acompañarlo, que ilustro con fotos en el vídeo abajo adjunto.
   Lo cierto es que fueron varios sueños concatenados, como pequeños gags del id. En uno de ellos me deslumbraban imágenes de carne putrefacta en oscuras cavas, fatal presagio. Otro episodio onírico de imágenes difusas me llevo a escribir este pequeño relato:

"De tanto simular que me dormía acabé dormido. En el sueño simulaba estar despierto y acabé despertando. Ahora habito la transición de dos Nadas y nada puede sorprenderme excepto el Gran Desatino.
-¿Qué es este Gran Desatino?- inquieres.
-No lo sé, si lo supiera no podría sorprenderme."

Todo guarda relación, todo se muestra pero nada es evidente. He aquí el juego, he aquí el poema:

el buitre albino de tu mente sueña con devorar la Nada


en los días naranjas
que saben a sal
flotan las piedras
los muros son de pan

miles de soles
deshojan las borlas
moradas de nadie
tesoro espectral

se queman carteles
anunciando el fuego
camina conmigo
un destino incierto

hay lanzas partidas
cuchillos en flor
puertas que se cierran
y que nadie abrió

el buitre albino de tu mente
sueña con devorar la Nada

mantos de tierra hostil
ríos de palabras
sordas muescas del tiempo
perfección de la larva

hay lanzas partidas
cuchillos en flor
puertas que se cierran
y que nadie abrió

el buitre albino de tu mente
sueña con devorar la Nada





jueves, 14 de septiembre de 2017

odisea/duda

Un poco tarde, pero era tarea debida y pendiente.

En las últimas semanas vio la luz el nuevo proyecto personal de J.R. Laguna, llamado odisea/duda.

Al principio fue una serena conflagración, que diría Benedetti, un cúmulo de circunstancias, un lugar posible, un verso pendiente, una caricia sonora intuida.

Todo lo que podía ser y no era, en un plano invisible de la realidad, fue aislado y tratado con cariño y mimo, y una vez detectado el intangible ser, fuimos dándole pinceladas de color para hacerlo visible. Echamos una colección larga de ratos, entre medias hubo muchas conversaciones, charlas, cafés, cervezas, alguna cena copiosa, algún vino, algún vinilo de jazz, algunas muchas divagaciones, y esos momentos de despedida deliberadamente alargada de hacer planes a posteriori cuando el cuerpo pedía seguir grabando.

Somos carne de canción y todas van de lo mismo, pero el envoltorio, en ésto de la música es casi tan importante como el contenido, pues la música va de vibraciones, e igual que el camino de Santiago confiere importancia a cada paso que das, cada pincelada de barniz que nos acercaba más a la pátina final, tenía sentido en sí mismo.

Como casi todo lo que hacemos, no es un disco al uso, es una fotografía alargada en el tiempo, de una serie de sensaciones, motivaciones y pulsiones a las que intentábamos dar forma, con un arsenal sonoro disponible mayor que el que teníamos cuando nos conocimos y empezamos a hacer canciones con una guitarra española, pero aún así muy alejado de lo que supone una producción profesional, con gente dedicada en cuerpo y alma a pulir el diamante, que nosotros dejamos en loco diamante imposible de tallar.

No sé qué proyección tendrá en vuestros oídos, sí que os diré, que es algo muy íntimo, muy personal, y en lo que pusimos mucho alma. Laguna puso sus canciones, y yo puse mi amistad y mi tiempo.

Laguna es mi mejor amigo, le quiero como a un hermano. A veces me saca de quicio cuando saca a pasear esa verborrea que hace que tengas que mantenerte callado, esperando que cambie el semáforo, para poder hablar, pero supongo que ambos nos sacamos de quicio mutuamente, y a la vez nos respetamos, nos queremos y nos llevamos acompañando en lo bueno y en lo malo los últimos 20 años.

Ésto, ha sido una experiencia compartida, que ha robado muchas horas de sueño, pero que quedará para siempre. Aquel 2016/2017 que nos detuvimos a dar forma a un proyecto sonoro donde cualquiera diría "no es posible".

Disfruten de odisea/duda.

Nosotros ya tenemos claro, como Kavafis, que Ítaca no nos ha engañado.

Y que ya sabemos qué significan las ítacas y el hermoso viaje que nos ha dado.