martes, 16 de mayo de 2017

se um dia alguem perguntar por mim...

Quería volver a hablar de patria. No vi el festival de Eurovisión, pero sí he estado buscando y buceando en la figura de los dos hermanos de Portugal. Ganó la música. ¡Joder, ganó la música!

Y no me refiero al festival, pues una canción vale por lo que conmueve y expresa, al margen de votos y postureos.

Escucho esa canción y veo fado, veo a Joao Gilberto, veo a Vinicius de Moraes, veo a Chet Baker, veo un montón de referencias. Me encanta la música que tiene poso, que no imita, pero se nutre desde la raíz.

Hace un tiempo hice un viaje a Lisboa, a mezclarme y sacar fotos. Vi decenas de músicos con los que tenías la oportunidad de hablar y comentar. Me vinieron todos ellos escuchando y viendo ese gesticular propio del que mira hacia adentro, y no hacia la cámara.

Músicos.

Gente que ama la música, que se emociona, que sufre, que trabaja y trabaja, que escucha y produce comunicación emocional en forma de música. Y es ahí donde me siento identificado, donde creo que me sentiría cómodo con el concepto de patria, la patria cultural. Siempre creciente e integradora.

Solemos fijarnos en los muros, pero fijémonos en las grietas. Existen, existe verdad, honestidad y gente que deja un legado mucho más grande que cualquier notoriedad vacua o aplauso enlatado. Todo sigue aquí mismo, detrás de los espejismos.

Obrigado.



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