Existe el sonido Beatle, y también existe la onda Harrison, y cuando se dice, todos los músicos entendemos qué queremos decir. Conseguir eso en el seno de la banda más importante de la historia, y también fuera da buena medida de la grandeza de George.
No viene a cuento aquí decir que a menudo canto Wah Wah en la ducha, que la intro de Here comes the sun es un ejercicio habitual de fingerpicking de calentamiento, o que el bajo de When we was fab o de While my guitar gentle weeps me ha dado un montón de ideas para otros desarrollos o para enfocar la forma de tocar.
Pero hoy me apetecía homenajearle con un country-blues que siempre me pareció una joya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario