miércoles, 27 de abril de 2016

perfect day.


¿Quién sabe qué nos deparará el destino? Si sólo tenemos el presente. Un presente descolgado por la fuerza de la gravedad, que lo hace envejecer. Madurar a veces con demasiada celeridad. 

A veces se desangran los días por las costuras, y uno no alcanza a cerrar las brechas, y contempla cómo el maná se pierde por la carencia de un recipiente consistente. Como arena entre los dedos.

Hay que soltar, ser capaces de saltar por encima de la grupa de los apegos, y vivir el aquí y ahora. Aquí y ahora del modo más pleno posible. La vida no es para tener miedo.

Hoy tuve añoranza, y la añoranza ronda a menudo el miedo. Pero no quiero tener añoranza. Así que decidí olvidar el contenido que traía esta canción, y quedarme con el continente. Y lo llené con mis propias cuestiones. Gracias Lou, por inventar un jarrón tan cojonudo.

Just a Perfect Day.




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