jueves, 27 de febrero de 2014

"no está todo perdido, ferdydurkistas" (Roberto Bolaño)

 
   "Los detectives salvajes" es una novela iniciática de Roberto Bolaño. Iniciática para algunos
 -entre los que me incluyo-  porque nos sorprendió en la época de tránsito de ser uno a ser persona. Tenebrosa y errática senda que habría de alumbrar/oscurecer los caminos del mañana. Esto nos liga a un momento y un lugar, a personas y circunstancias,  reescribe nuestro anterior relato vital y prefigura hitos y caídas por venir.

   Entre las espinas clavadas en la espina dorsal ontológica, quedó la de no poder concretar en digno registro sonoro y envoltorio conceptual una masa de canciones y artefactos sónicos propios, que articulaban una poética personal/grupal, entendiendo grupal como referido a grupo de música. Un grupo de música que no se adscribe a una estética cerrada, que bebe de muchas fuentes, que se desbordan, encharcan superficies y generan otras fuentes, en un juego de espejos con los géneros históricos,  en el convencimiento de que, siguiendo a Eugenio d'Ors: "Todo lo que no es tradición, es plagio".

   Sirva de ejemplo de la búsqueda metaestética que nos mueve, mi reciente descubrimiento personal de las vanguardias polacas, que me une, siguiendo el juego de analogías -piedra angular del surrealismo- de Breton,  a otro viejo conocido, proveedor de lecturas nucleares, Alfred Jarry.  En "Ubú Rey",  Jarry sitúa la acción "en Polonia, es decir, en Ninguna Parte". Krzysztof Penderecki, gran compositor polaco, estrictamente contemporáneo,  consagra una ópera a la obra de Jarry, precursora del surrealismo y el teatro del absurdo:  "Ubu Rex". Penderecki también compuso la banda sonora de "El manuscrito encontrado en Zaragoza", película de Wojciech Has, alabada por los surrealistas, adaptación de la novela gótica polaca del mismo título de Jan Potocki, precursor de las vanguardias polacas.

   Anna me regala recientemente "Cosmos", de Witold Gombrowicz, insigne representante de esa vanguardia polaca luminosamente independiente. Cae en mis manos, como un manuscrito encontrado en un viejo rastro, el fanzine ilustrado, de cuidada factura  -que recomiendo- "Vacaciones en Polonia", donde descubro que Roberto Bolaño es ferviente valedor de la primera novela de Gombrowicz, expatriado en Argentina, "Ferdydurke". "Ferdyduke" trata, entre otras cosas, a saber, de la lucha imposible por la independencia, la batalla por arrancarnos mordazas familiares, sociales, históricas, librarnos (lucha inútil, pero irrenunciable) de las "formas" que nos imponen.
  ¿Por qué no luchar por un sueño que se resiste a hacerse realidad? Mi sueño, que por momentos parecía irrealizable, era grabar un disco con Javi y que Sergio pudiera colaborar.

   Ha llegado el momento de dar salida a ambiciones que no quisimos o no pudimos permitirnos. El grupo se llama "los detectives salvajes"; el artefacto sónico "un sentido errático del tiempo". En breve (paciencia: el tiempo se  nos escapa fugaz) estará disponible para quien lo quiera escuchar ¿Nos acompañáis?

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